Recado al casero (Recado ao caseiro)
>> jueves, enero 5
Si me llamaran
no me llame,
diga que no estoy
porque no estoy para nadie
nisiquiera para mi mismo
Quiero dormir, no me despierte.
Si yo mismo me busco
diga que ya no soy más
y que, por lo tanto, no estoy,
que no puedo atender
porque no puedo entender.
Si la mujer que yo amo
me llama
- y Usted no sabe quién es la mujer que yo amo -
diga que no me puede llamar
porque Usted no sabe si yo la amo;
y si Usted enloquece diariamente por el teléfono
sin saber qué hacer
resista, aunque ella insista, resista,
no me llame
Estoy dormido
y merezco estar dormido
puede que esté soñando
que tengo doce años
y que estoy en los pastos rosas
de floridos capim-gordura
corriendo sobre los asustados
vuelos de codornices sorprenndidas,
no me llame, no espante las codornices
que solo yo quiero espantar
al rebaño de mi retorno en paz
No me llame.
Si el teléfono suena, atienda
y tome el recado.
Diga que no estoy,
esto es, diga que estoy pero sin realmente estar,
no diga que estoy durmiendo
pues si estuviera soñando no estaría durmiendo
porque soñar es estar viviendo arrepentidos
o dejados tiempos,
y es esto lo que Usted va a interrumpir si me llama.
Diga que estoy muerto
y, para que no se asusten
diga que estoy muerto hasta el mediodía
cuando, tal vez arrepentido
resucitaré
pero necesito respeto a la conmovedora velación
Tal vez esté soñando
y pudiendo, aunque parezca imposible
mirar a las chicas desnudas
en las cáscadas de los rios
por donde las estrellas
aún corren
y caen iluminadamente
líquidamente absurdas
sobre los velos translúcidos
de mis novias de verano
las que me dieron el amor ingenuo
sobre el verde de las orillas húmedas
de nuestra miseria al lado del río
que aún no pasa;
de nuestra miseria,
por lo que ahora veo enorme
más que nada era una frontera del río
iluminada por los chapoteos de la orilla ruidosa
del alegre infancia de gritos estelares.
No, no me llame,
la mañana fue un día de demasiadas cargas,
que no soporté,
deje que duerma
ayer será más suave
pues estoy de regreso
lo que no podía entender
por esto no puedo atender
nada y nadie que me llame para hoy,
nada y nadie que me haga volver
al punto de donde partí hacia atrás
nada y nadie que me haga
recomenzar para volver
pues odio el futuro, que ya sé esclerótico
infartado, de mal humor dolorido, inútil, imbécil:
no me despiertes de la senilidad!
Si me llamas, te desprecio,
tal como me despedí
sin derecho a nada
esto es, por justa causa,
pues es justa una causa de no ser llamado
para el futuro no digerible que tuvo
Diga siempre que no estoy,
cuando duermo realmente no estoy
y esto es lo mejor de mí.
No me llame
déjeme ser lo que no soy.
Tal vez yo esté con una gitana
que leyó mi suerte de tantos azares
previendo mi inmensa felicidad.
No me llame,
puede ser que ahora, cuando duermo y un reencuentro
me golpee finalmente
y cambie todo el futuro que soplaba.
No, no me llame;
Usted ya leyó los diarios
alguien dijó
está en las frases de los psiquiatras
que el sueño es el escape,
pero nadie ha descubierto hacia donde
y mi sueño tiene mi donde
que usted no puede deshacer el golpe
electrónico del teléfono interno.
Va para el infierno, pero no me llame.
Tal vez yo esté
bañándome en el blanco silencio de la luna
curando ahora las heridas que tendré
tal vez el tiempo aún no se haya ido
y yo tenga tiempo de no irme
por donde me fui.
No me llame, no me interrumpa ahora
talvez tenga tiempo para amar
a personas que desprecié
o creer en mis dudas antiguas,
o de dudar de mis actuales certezas.
No importa que esté soñando
ya que el sueño me regresó
una imposible credulidad
de comenzar de modo diferente y de nuevo
para despertar de lo que me dormí hoy
irremediblemente vencido.
No, no me llame,
puede que haya regresado
las madrugadas azules
de mis cafetales de Cravinhos
o las blancas arenas
de los campos de Brodowski,
o las playas cenizas de Santos,
el tranvía Ana Costa.
Talvez haya vuelto
a conversar con Guilherme de Almeida
en Nik Bar
o la buhardilla de la calle Mancapá;
talvez yo esté de nuevo
discutiendo abstraccionismo con Patricia Galvao
de Pagu de Oswald y de literatura
con mi Pat
y Geraldo Ferratz.
Talvez, poeta municipal, yo esté escribiendo
un reportaje para Tribuna de Santos
provincianamente mejor que Drummont,
poeta federal.
Talvez esté recuperando
mis mujeres perdidas
y encontrando otras
que envejecieron conmigo
sin asesinarme cuando despierto.
Talvez tenga yo otra oportunidad
de vivir diferentemente para morir menos
sin tener que abandonar mi fantasma
exiliado fuera del sueño
pero, ahora para mi está bien
porque me volvió provisorio o definitivo
y que promete resolver el problema insoluto
de que todo se va con el tiempo,
de que todo se va con el tiempo.
No, no me llame,
puede ser que yo esté soñando
y, porque todo me es real cuando sueño
talvez tenga tiempo retenido
por el cabello de las horas
y no caiga arena entre mis dedos amputados
posiblemente tenga el cuarzo dominado
y conseguido repetir mi cinta
sin la interferencia de la esclerosis capilar
de la cabeza sucia
porque estoy soñando
y mi video es nítido en el ecran azul
de mi universo, de mi pequeño universo.
No, no me llame
pues estoy de regreso en algún instante
y duraré, en ese instante, más de lo que el
porque puedo posponer el pasado
y, soñando, rehacer el futuro
al que llegaré inexorablemente.
No, no me llame,
quizás, precisamente no ahora en este momento
y pueda ser el pescador que tanto envidié
el soleado pescador bahiano
de los mares de Caymmi
el peón gaucho que domina los bueyes
que se me escaparon
el picapiedrero de roca seca
del que huí acobardado;
una mujer embarazada de hambre y fea
que merecía un beso en la reseca boca
antes de que yo fuera,
talvez ahora yo pueda quedarme
besándola sin amor,
pero sin resentimientos.
Talvez esté con Euríclides Formiga
nacido Jose Ferreira,
improvisando versos,
o haya vuelto al noreste
las cuerdas de la viola del ciego Aderaldo
y de Servino Pinto, todo enredado en estrofas,
estoy bebiendo con un pie en la pared
con Otacilio y Oliveira, Paraíba, sí señor
en la playa de pozo tapado del sol
cantando al galope a la orilla del mar.
No, no me llame,
estoy en este otrora de mi antiguo ahora
que mezcla los rostros lejanos,
los rostros pérdidos en nieblas increíbles
donde reencuentro mis exiliados recuerdos
refugiados en las memorias de las brumas,
y, allí mi rostro está empapado por la lluvia
porque lloro lágrimas de brumas,
mis manos tantean los oscuros regresos
porque regreso por las calles de las brumas
todo porque soy arrastrado hacia otro destino
para llevar el equipaje que se adhirió en el tiempo
ahora frenado he vuelto a las brumas
del indefinido, inadivinable, imprevisible
futuro de las brumas.
No, no me llame. No, no me llame,
aunque estuviera dormido y llorando
no me quite la alegría de poder llorar
como las lágrimas de las brumas
pues puede ser, puede ser,
que existan pájaros cenizas entre la niebla
y sean las personas que tanto amé,
apenas diferentes porque hay nubes bajas
en la espesa vaporosidad de la nostalgia que es la neblina
una silenciosa neblina del detenido tiempo
en mis manos abiertas
para los vuelos de regreso.
No me llame, no me llame,
tengo sueños pescando figuras
sumergidas en montañas
no me ovilles la caña de pescar
pues quiero pecar en línea de las palabras
por el placer de mezclar cachaça con relámpagos
y morir iluminadamente borracho en la oscuridad.
Es posible que yo esté intentando descifrar
una rápida matemática de la bella flor
y preguntando por qué la noche
apaga el colorido de su vuelo.
Es posible que yo esté descubriendo
cuántos años caben en una hora,
cuántos siglos tiene una semana,
cuántos milenios tiene un invierno.
No, no me llame,
puede ser que yo esté juntando fuerzas
para separar el amor de las pasiones
y poder apasionarme sin amar,
pues hay más calma en el sexo
que en el alma;
y el amor se embellece, se esclerosa, se enferma
y las pasiones son siempr jóvenes y mueren derrepente.
Las cosas con que sueño
viven porque yo las sueño,
y si Usted me llama
podría matarlas todas,
y, talvez, ellas sean, en cuanto son,
el mundo real de otro mundo, que depende de mi.
Es posible que yo sea
una fuente de verdad y existencia
en cuanto sueño
y todo esto sea una vida de otras vidas,
pues debe existir un universo
creado en el proceso del sueño,
y despertar sería un asesinato.
No, no me llame,
tantas vidas dependen de mi cuando sueño,
inclusive la vida de mis muertos,
que talvez hayan muerto
porque alguien dejo de soñarles antes de mi.
No, no me llame,
no interrumpa el camino
de vuelta al pasado de las brumas,
talvez no tenga otra noche
para ingresar en las madrugadas a las neblinas.
No, no me llame,
estoy por entre las brumas
desmantelándolas
estoy levemente leve
es posible que ellas me conduzcan
por el humo que revolotea
en el oscuro vidrio de la botella
de cachaça que se rompe y hace añicos una burda desgracia
que pasa en mis cortadas y ensangrentadas manos.
No, no me llame,
puede ser que no me despierte
o no responda
por ya haber muerto en las brumas
y porque, talvez, el tiempo no se haya ido
y no tenga tiempo para ir
donde estaba antes de la bruma.
(Sao Paulo, 1985)
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Poemario: "Fora da Lei"
Autor: Saulo Ramos,
Año de publicación: 2012