El libro...

>> domingo, junio 29


La vida no es sino una continua sucesión de oportunidades para sobrevivir... Gabriel García Marquez

Delia Córdova, 23 años, estudiante universitaria, jeans negros, casaca beige, toma un taxi en el óvalo El Monitor, la juerga de anoche la tiene cansada aún.

Guillermo Contreras, sale de casa muy temprano con rumbo desconocido, no ha apagado el televisor, un aburrido noticiero informa el cierre de calles en las primeras cuadras de Paseo de la República.

Sábado, sesión de fotografìa, la luz no es buena, Javier Camacho aún no recuperado de aquella operación de desprendimiento de retina guarda con desazón aquella cámara Kodak semi automática, mira hacia la plaza de Barranco, recibe aprobación y júbilo por algunas tomas que le parecen impresentables, sonríe ...

Jueves, Delia decide llamar a Natalia para invitarla a la apertura de aquella tienda de ropa de su amiga de infancia. Natalia entusiasmada encarga a Guillermo avisar de su ausencia a sus demás primos, segundos más tarde encuentra casualmente a su mamá, ambas no deberían estar en el Parque Keneddy.

Los perros del colegio abandonado ladrán con histeria, Marco sale de su casa muy temprano como cada mañana de miércoles. Dos trabajos de medio tiempo y muy pocas ideas de cómo cambiar la situación, saca un cigarrillo de su mochila, lo acaba muy lentamente. Toma el mismo taxi que Delia tomaría dos días después.

Guillermo llega a casa, enciende la computadora, las luces tenues y el sonido repetitivo de una construcción nocturna apagan el ruido que sale de su habitación, sobre su mesa de noche ,a media luz, un libro con dos calaveras en la portada, y en sus pensamientos, la promesa de ser aceptado por fin en la secta. Lee acerca del rito de iniciación, se emociona, son exactamente las 2:00am.

Domingo por la mañana. La madre de Delia está llorando en la sala de emergencias de la Clínica Javier Prado, es la segunda vez que intenta matarse su única hija. En el periódico sobre la recepción informan sobre el grave accidente de Guillermo, sobre-dosis, el señor Alan Córdova se pone nervioso, abraza a su esposa.

Javier desesperado conduce rumbo a la clínica, da mil vueltas antes de salir del Centro de Lima, la llovizna es fuerte, las pistas completamente húmedas hacen aún más fría y triste la mañana.

Sale el médico de la Sala de emergencias, se ponen de pie nerviosos lo padres de Delia al verlo, Javier lucha contra los desvíos por obras que inundan las pistas. Al otro lado de la ciudad Joze Luiz toma un taxi, encuentra un libro con un par de calaveras en la portada... lee la primera página: "Delia Córdova, 23 años, estudiante universitaria, jeans negros..."


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