De la amistad y otros demonios

>> lunes, septiembre 3

Cuando un amigo parece estar estancado en un problema, y no se puede hablar abiertamente del tema surge la necesidad, o más bien la posibilidad, de ironizar con el tema, y dispararle hasta que reaccione, con la esperanza que, midiendo su estado de ánimo, el asunto se convierta en una divertida anécdota y esté teñida más de graciosas situaciones que de oscuras cavilaciones...
"En la penumbra del bosque bajo la sombra de un árbol yace un dios enfermo, soñando está, malignos sueños..."
Por otro lado, pero en el mismo asunto, se supone que la mejor forma de superar un problema es no hablar de ello, como lo comentaba el Gabo.

Me da la impresión de necesitar llegar a un estado de máximo caos luego del cual debe surgir un nuevo orden, sólo enfrentando las cosas es que están pueden ser superadas, a veces 1 día después, a veces 10 o 20 años después. Cosa difícil para mi que llevo la contra por estandarte, y que deseo tener tatuado en el alma la palabra "contra ejemplo".

Pero que agudos y necesarios son los amigos para todo eso... se convierten en una extensión de uno mismo, y permiten explorar caminos que nunca te imaginarías que podrian existir.

2 comentarios:

Sovay 23:55  

umm. yo pienso que a veces la contra no siempre marca una diferencia.

JozeLuiz 8:56  

Tienes razón sovay , no siempre marca la diferencia, pero tal vez la usé en el sentido de "mi propio camino" ... buena tu aclaración...

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