Mamá tenía un sueño

>> domingo, mayo 10


"El éxtasis musical implica una vuelta a la identidad, a lo originario, a las raíces primarias de la existencia. En él sólo queda el ritmo puro de la existencia, la corriente inmanente orgánica de la vida. Oigo la vida. De ahí arrancan todas las revelaciones" - Emile Cioran
Tenía menos de cinco años cuando ella veía al abuelo, su papá, tocar el banjo en una jazz band del pueblo, tocaban toda la tarde, me contaba; y cuando estaba a punto de caer la noche ella corría puerta afuera de la casa, se sentaba en la vereda del frente, desde donde se podía ver morir el sol, y cuando las nubes reflejaban espectrales azules y violetas cerraba los ojos y entraba en un trance que años más tarde yo heredaría, se imaginaba volando rumbo al sol.


Adoraba la música, y aquella vieja radio de tubos que sólo captaba dos señales fue su pasión de las tardes, canciones que probablemente sólo oía una vez, y que rara vez se repetían le dieron forma a su infante imaginación, pensaba que había canciones que sólo tenían una oportunidad de ser reproducidas, que podían ser ensayadas mil veces, pero sólo una vez reproducidas. Entonces había que escuchar con más atención y emoción aquellas canciones que a la mitad de su interpretación descubría que eran bellas.

Ya en su adolescencia-juventud, fue parte de la histeria colectiva por los Beatles. Y ya para esos años fanática del baile, de casi todos los bailes conocidos. Atleta núnmero 1 del colegio, nadie sospechaba que no sabía nadar, cambió las clases de natación por las de música; su profesora de piano del colegio la introdujo a un mundo para ella hasta entonces desconocido, teoría musical, a pesar que conocía de oidas cuestiones como "do sostenido", "octava", "tempo", jamás se imaginó la cantidad increíble de asociaciones y mezclas posibles. Ella fue también la primera que me mencionó acerca de la existencia de aquello, yo tenía 7 años cuando en una misa en la Catedral de Piura me dijo que quien tocaba el organo, cuyo sonido gótico me emocionaba, era su antigua profesora de música en el internado de Piura de su adolescencia. Y la fuimos a saludar al final, me pareció increible que una señora tan mayor pudiera crear esos sonidos tan profundos y eternos durante las misas dominicales de la catedral, desde alli aprendí que no sólo lo que ves no es lo que es, sino que lo que ves tampoco es lo que oyes.

En su juventud mi mamá luego tuvo que ganarse la vida, trabajo en mil cosas, por suerte eso le permitió viajar bastante, y descubrir esos instrumentos clásicos en fiestas patronales, violines, arpas, bajos, contrabajos, clarinetes, liras.

Luego estudió, Administración de joven, y Lingüística de adulta; en el interín se casó, me tuvo a mi y a mis hermanos... pero mi mamá, mi mamá tenía un sueño, que no ha olvidado.

Y yo espero poderlo cumplir...

(te amo mamá)

1 comentarios:

GAD 15:58  

El mejor post del día de la madre. Como le haces?? Comes espinacas?

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